Julio Hussen es un ciudadano pergaminense que, como tantos, el 7 de abril de 1995 vio cambiar su vida para siempre. La inundación que sufrió la ciudad (la mayor de su historia) destruyó su casa recién levantada y casi todo lo que había en su interior. Padre de familia con dos hijos, vio como todo lo que había edificado en su vida era arrastrado por las sucias aguas del desbordado arroyo Chu-chú. Recién seis meses más tarde pudo volver a vivir en su casa, que debió reconstruir por completo.
Su historia en ese sentido es similar a la de otros tantos pergaminenses damnificados por aquel fenómeno climático; lo que la hace diferente, a casi treinta años de aquel día, es que junto con un grupo de vecinos, en un comienzo numeroso y luego reducido, decidieron trabajar para cambiar las cosas y proteger la vida y el patrimonio propio y de sus conciudadanos. Así nació la Comisión de Seguimiento de Obras Pluviales de Pergamino (COSOPPER), cuyos logros están a la vista; una entidad de bien público que sobrevivió a cuatro intendentes, seis gobernadores y nueve presidentes; y sin la cual gran parte de las obras hídricas concretadas durante los últimos años no existirían.
En diálogo con el espacio EN VIVO: DiarioNucleo.com, que se emite por la señal de streaming Fana Digital, Julio habló sobre la inundación de 1995, el nacimiento de la COSOPPER y los proyectos que resta concretar.
¿Qué le pasó a tu vida el 7 de abril de 1995?
Fue un viernes muy temprano; me levanté eso de las cuatro y media, cinco menos cuarto para ir a trabajar y escuché hablar a los vecinos y bullicio en la calle; miré por la ventana y había un par de vecinos de al lado de mi casa y de la de enfrente que estaban reunidos en la vereda. Pensé que se iban a pescar, ya que era viernes. Había llovido toda la noche, un temporal terrible. Y bueno, cuando miré bien me di cuenta que no se iban a pescar sino que estaba subiendo el agua: vivo a casi 50 metros del arroyo Chu- chú, en calle Manuel de la Fuente. Charlamos con los vecinos y comprobamos que había mucha agua en todos lados, se veía agua que venía de todos lados.
Para ese momento mi señora ya estaba despierta y los chicos también se despertaron. Tomé una reglita que había arriba de la mesa del comedor, de uno de los útiles escolares de mi hijo y medí en ese momento 15 centímetros, un poquito arriba del zócal; esa es la cantidad de agua que había adentro de mi casa.
¿Fue en ese momento cuando decidiste salir?
Creo que tenía puesto un vaquero, me puse una chomba, agarramos, no sé si los documentos o algo más, cambiamos a los chicos con mi señora y como si fuera una película; a eso de las cinco y media de la mañana corrí la heladera así de parado como estaba, con mi hijo en brazos, mientras que mi señora tenía a la nena, cerré la puerta y me fui en dirección al barrio La Rioja, muy cerca de casa, donde vive una tía mia. Dejé a los chicos y volví a buscar a unos vecinos de la esquina de mi casa porque eran dos personas mayores y ví que la señora venía en camisón y en una mano traía una bolsa con todos los remedios que tomaba; mientras que yo la traía del otro brazo. Logramos cruzar la vía a duras penas porque ya teníamos el agua arriba del pecho.
Esa zona, próxima al Chu - chu en la zona del barrio Itatí en ese entonces no tenía ni pavimiento ni las mejoras que tiene hoy
No había nada de eso así que no sé cómo cruzamos de vuelta. El hombre se quedó, se subió al techo y después tuvieron que socorrerlo porque el agua llegó casi hasta la altura del techo. Recuerdo, una vez que logramos sacar a la señora, haber mirado desde una calle del barrio La Rioja y lo único que se veía era el parabólico de la Pepsi Cola (ubicado en la Ruta 188, en las proximidades de l puente "La Virginia"), lo demás era todo agua.
¿Había mucha correntada?
Muchísima, pasaban cosas, tubos de gas, muebles, había muchas hormigas y muchas arañas, de eso no me olvido más, porque inclusive las hormigas se te subían al cuerpo.
Después de eso, volví a mi casa el sábado a la mañana, cerca del mediodía y todavía tenía más de medio metro de agua dentro de mi casa y un caos absoluto; hacé de cuenta que hunieras agarrado un montón de muebles y los hubieras arrojado contra un rincón, así estaba mi casa. Yo tenía un placard común de dos cuerpos que había dejado, tenía dos perritos y una gata y los había dejado donde termina el primer nivel de ese placard. Cuando volví, los animales aparecieron en el estante de arriba del placar, o sea que la altura del agua alcanzó casi 2,30 metros.
Debe haber sido terrible volver y encontrar todo en esas condiciones
Volví a mudarme recién en octubre. Tenía una prefabricada que la había comprado en cuotas, estuve cinco años pagándola y me quedó el techo nada más; había alcanzado a revestir todo el contorno. Era una prefabricada de las de antes, con machimbre por adentro y ruberó del lado de afuera. De eso me quedó nada más que el techo, tuve que tirar todo lo que había adentro y hacer todo de material; todo nuevo. Después me inundé varias veces más.
Hasta ahí la tuya es una más de las tantas que sufrieron los pergaminenses aquel día; lo que la hace diferente es que vos decidiste hacer algo para cambiar las cosas,
Un día, tratando primero de poder volver a mi casa, acercándose el año 1996, escuchaba que había gente movilizándose, que había reuniones y actividades y decidí asistir a uno de esos encuentros, fue en la casa de (Carlos) Masciotta, que estaba en la ruta y Catamarca. Recuerdo que asistió un funcionario que dijo que había que poner un peso cada uno para hacer obras y los presentes casi se lo comen. Es una anécdota nada más pero esa reunión fue el paso a partor del cual empecé a interiorizarme, hasta que finalmente me quedé en la comisión.
¿Así nació COSOPPER?
En realidad COSOPPER es la unión de tres comisiones barriales; que trabajaban en relación con el político de turno y entonces hacían una una obra para un sector y perjudicaban a otro, o no hacían nada porque eran "de la contra"; eso fue lo que motivó la creación de la COSOPPER, con el criterio de no hacer nada en contra o a favor de alguien. Se formó con gente de las tres comisiones que querían algo distinto.
Después de eso las tres comisiones fueron perdiendo fuerza y desapareciendo porque trabajaban políticamente; otros querían algún cargo en el Municipio y otros querían algún rédito personal.
Así que sólo quedó COSOPPER.
Porque se formó con gente que estaba desconforme con el proceder de las otras comisiones; aunque lamentablemente fue quedando cada vez menos gente: me acuerdo por ejemplo en el club 25 de mayo, en el Club Juventud o en otros lugares que se hacían reuniones de 200 o 250 personas y yo recuerdo que cuando ingresé a la COSOPPER había 15 personas como mucho. Entonces bueno, fue quedando realmente la gente que quería trabajar por algo. Es más, creo que había tres integrantes que no se habían inundado pero que pensaban en ayudar a toda la ciudad y no sólo para un sector ni que lo favoreciera ningún espacio político. Ese es el espíritu de COSOPPER que hoy, a casi treinta años de la inundación, seguimos intentando mantener.
Han logrado gestionar obras muy importantes.
Para que se entienda un poco, ya que esto es bastante complejo; cuento que en 1997 se promulga una ley que ordena la realización de obras para prevenir las inundaciones en Pergamino; esa ley nunca se reglamentó ni se cumplió; así que en el 2001 la COSOPPER le hace un juicio a la provincia de Buenos Aires; el cual perdemos en primera instancia. Apelamos y ganamos con un fallo favorable que dice que la Provincia tiene que hacer todos los estudios y pagar las obras para la ciudad de Pergamino. Ese fue un paso importante.
Teníamos el juicio ganado pero no había un estudio ni un proyecto; o sea que había que empezar a luchar nuevamente. Seguimos realizando gestiones y logramos que se contrate al Instituto Nacional del Agua (INA), que hizo un bosquejo y un estudio muy completo de toda la ciudad; del cual se desprende que se superponen capas de por ejemplo barrios que en ese momento tenían pocos servicios; algunos no tenían cordón cuneta, cloaca o agua corriente. Es decir, se superponen todas esas capas de servicios con la mancha de la inundación y ahí se logra un estudio diagnóstico de cómo estaba posicionada la ciudad frente a ese tema.
¿Ustedes suministraron esos informes a la Provincia?
SI, y siempre nos decían que no había plata (risas); una vez que el INA terminó todo eso, se entregó el proyecto y la Provincia nos dijo que si no había un proyecto ejecutivo no se podía hacer ninguna obra.
¿Cuánto tiempo había pasado desde la inundación?
Unos diez años, ya que estamos hablando de 2005 o 2006. Así que seguimos adelante y logramos que se hiciera una licitación para el proyecto ejecutivo y dimos un gran paso en agosto de 2008; cuando vino la gente de Hidráulica y entregaron el proyecto terminado para la ciudad de Pergamino.
A grandes rasgos ¿qué determinaba ese proyecto?
Decía que había que hacer una presa de regulación aguas arriba del arroyo para cortar y a mismo tiempo construir un sistema de desagües en el casco urbano, como los que se estánhaciendo del Colector Norte o el de Florencio Sánchez. La idea base de todo el proyecto es mantener siempre el nivel del Arroyo en niveles normales, de manera tal de permitir que el agua del casco urbano escurra permanentemente. Por eso el proyecto funciona de manera sincronizada, la presa se encarga de mantener el arroyo bajo en el trayecto urbano y los desagües de llevar el agua hacia el arroyo, que como está bajo la puede recibir sin ningún problema. Por eso es necesario que todas las obras se realicen, si se hace una sola de ellas, el problema no se soluciona.
Después de contar con el proyecto ¿qué pasos siguieron?
Desde 2009 en adelante empezamos a pelear para que la Provincia financiara las obras y, como te contaba, nos decían siempre que no tenían plata; en un momento se decidieron a poner 15 millones de pesos y entonces hubo una reunión entre COSOPPER; Obras Públicas e Hidráulica; porque había que ver, dentro de lo que era el proyecto ejecutivo, qué obras se podían hacer sin perjudicar a otra parte de la ciudad. Se optó entonces por hacer el desagüe de Florencio Sánchez, que fue la primera porque ese conducto estaba trabajando con la mitad de la capacidad; es decir que estaba en condiciones de recibir más agua sin generar inconvenientes.
El problema qu fue que después de esos 15 millones no hubo más y después seguimos todos los años con reuniones para que se metieran partidas en los presupuestos y para que se hiciera todo eso.
Ustedes siempre hablaron de que la prevención de las inundaciones en Pergamino es una práctica integral ¿podrías abundar en ese concepto?
Claro, queremos decir que no se trata solo de hacer obras; en Pergamino tenemos muchísimos problemas: la mala urbanización, la falta de limpieza y mantenimiento, la elaboración de un plan de contingencia completo; hay un montón de cosas que hay que ir haciendo en el mientras tanto. Por ejemplo, no sabemos si defensa civil realmente está trabajando en eso y tiene ya lugares predeterminados para evacuación. Por otra parte, en un momento se habló de las bombas de achique: había seis bombas que estaban en hidráulica y que funcionaban conectadas a las tomas de fuerza de tractores del Municipio; recuerdo que en una en una ocasión que había crecido el arroyo estábamos con Jorge Dauach en el barrio 9 de Julio, parados arriba del terraplén, y había un tractor con toma de fuerza, con dos operarios sentados arriba. Nos acercamos a preguntar qué estaba pasando y nos dijeron estaban esperando que abriera una ferretería para comprar los bulones que enganchaban la toma de fuerza con la manguera. O sea que si no tenés previsto tener cuatro tornillos para empalmar un caño con una manguera quiere decir que no tenés previsto nada.
Eso se ve también con el tema de las bolsas de arena; desde el Corralón mandaban los camiones con las bolsas y al entrar a los barrios perjudicados por la inundación algunos vecinos paraban el camión, bajaban las bolsas y se las quedaban, no llegaban a los vecinos que realmente las necesitaban. Eso es mala organización. Es hacer todo a los ponchazos.
Cerrando 2024 y a tres meses de que se cumplan 30 años de la inundación de 1995: qué novedades tienen respecto de la presa de regulación?
Hemos tenido oportunidad de conversar con el Ingeniero Franco, que es el inspector de obra en este momento, trabajando con la Fiscalía de Estado, y están tratando de rescindir el contrato de la empresa (Decavial) y que ésta devolviera el anticipo económico que se le había hecho.
Una vez terminado esto, la provincia tiene que estar buscando los fondos para ver cómo va a financiar nuevamente la presa de regulación. Y acá, dejame que te haga un cronograma un poquito para atrás para que se entienda lo que estoy diciendo. Había un funcionario que decía que alguna vez se le iban a alinear los planetas y que nunca funcionó para el partido de él, sino para el partido contrario. SIn embargo en un momento eso se dió. Tuvimos un gobierno nacional, provincial y municipal del mismo color político. Lamentablemente hicieron todo mal, y no es que yo pertenezca ni a la oposición ni nada parecido, simplemente los que tenemos memoria nos acordamos de lo que pasó: en el gobierno de María Eugenia Vidal se hizo la licitación de la presa de regulación porque lo iba a financiar el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Entonces, se hace la licitación, se adjudica a una empresa en un acto en el que estuvieron presentes el intendente, la COSOPPER, y varios concejales y funcionarios.
Se hizo un gran anuncio en aquel momento.
Así es, el detalle es que se habían olvidado de expropiar los terrenos y la empresa hizo todo bien; vinieron a Pergamino, pusieron un obrador, trajeron un par de empleados y cuando intentaron entrar a esos campos para tomar unas muestras de tierra y hacer una medición, los sacaron corriendo, porque era lo lógico. Imaginate que, viene uno, se te mete en tu casa y te dice "tengo que hacer una obra".
Con eso quiero decir que se hizo todo al revés. Primero se tendrían que haber expropiado o paralelamente a empezar la licitación, se deberían haber empezado las expropiaciones. Porque sabíamos que una vez que la empresa estuviera adjudicada, iba a venir a Pergamino a instalarse para hacer la obra.
Vino dos veces María Eugenia Vidal arriba del puente de Rocha y del Arroyo y dijo que al día siguiente iban a empezar las máquinas a descargar y a hacer la presa de regulación. Cosa que nunca pasó y no iba a pasar porque no estaban los terrenos expropiados.
Se terminó el gobierno de María Eugenia Vidal, vino (Axel) Kicillof, se instaló la Pandemia, se neutralizaron la obra y los plazos de ejecución y la empresa quedó ahí en stand-by. Había cobrado pero no podía venir, primero por la Pandemia y segundo porque no tenían los terrenos. O sea que se empezó a demorar todo y ahí empezó también gran parte del problema que tampoco se pudo ejecutar la presa.
¿Tomaron ustedes alguna determinación al respecto?
Cuando asumió Kicillof, volvimos a retomar la gestión y a tratar de que se le diera nuevamente una celeridad con el tema de las expropiaciones. Logramos que se reunieran por Zoom y hubo algunos encuentros en obras públicas acá en Pergamino con los propietarios de los campos, los cuales ni siquiera le daban permiso a la empresa para que entraran a hacer mediciones. Porque si les hubieran dado permiso, la empresa hubiera adelantado el proyecto ejecutivo y ni bien tuviera la expropiación, ya podría haber estado trabajando. Todo ese tiempo que se perdió es valiosísimo porque hoy la presa podría estar terminada.
¿Cómo se hace para mantener durante 30 años la voluntad de que se hagan las cosas?
Yo me inundé luego no entendía que nadie hiciera nada, así que me empecé a mover y a interactuar con la Comisión de Obras Públicas del Concejo Deliberante, con los distintos funcionarios, y hay algunos que hoy se cruzan de vereda y no te saludan pero no importa, es el problema de cada uno.
Hemos logrado cosas, le ganamos un juicio a la Provincia; se hizo el proyecto ejecutivo y se empezaron a hacer obras. Eso quiere decir que no estamos equivocados y el rumbo que llevamos es el correcto. Si no, no hubiéramos llegado hasta acá. Lo que pasa que siempre tuvimos el mismo problema; intendentes de un color político y gobernadores y presidentes de otro y siempre cuando tenés algo a favor, tenés del otro lado en contra. Y cuando hacés una gestión, te dicen que trabajás políticamente para este porque está de turno, o que trabajás políticamente para el otro porque es de la contra.
Siempre lo digo: a mí me molesta mencionar que uno hace política pero lo que hacemos lo es. No es política partidaria, pero sí comunitaria. Es política porque estás interactuando y estás trabajando para la gente y estás haciendo cosas. Lo que pasa es que tenemos 30 años en esto ya. Se lucha y no sé cuánto más vamos a aguantar.
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